En una noche como esta las palabras se apoderan de mi mente dejándome frente al computador y obligándome a escribir. SÍ ya había aceptado en el pasado que optar por escribir cuando no encuentro salidas era la mejor opción para no encontrarme al despertar delante de un abismo. La luna de hoy me ha hecho pensar en los caminos, en las etapas, en "los ciclos" que en cierto sentido todos entramos sin darnos cuenta o definitivamente estando consientes de una decisión tan incierta. En lo particular no creo en el destino, mi futuro no está escrito todavía, obviamente me he encargado de dejar huellas y escritos en mi pasado para cuando envejezca poder sentarme y observar el poder trascendental de mis decisiones. En el único "destino" por decirlo así que creo fervientemente es en el final del camino que tú decidiste ir. Por ejemplo: Desde que nacemos y comenzamos con todo el tema de "aprender a hablar" se nos pide que digamos: "te amo papi - te amo mami" ¿Amas a tu maestro? Nadie se pregunta: ¿te amas a ti mismo? Y terminamos gastando una buena parte de nuestra vida y energía tratando de complacer a los demás. Pero ¿qué pasa con nosotros?
Como mi reacción por inersia es como todos saben LEER, hace unos dias encontre una historia que me hizo recordar .. Todos esos momentos en los que PERMITIMOS que los demás decidan lo que "queremos"
Aquí les va la pequeña historia: Madre e hijo están en un restaurante. Después de tomar para la madre, la camarera se convierte en el niño:
"¿Y qué le faltaría?
"Un hot dog".
"Nada de eso", dice la madre. "Él quiere un filete y una ensalada."
Haciendo caso omiso de la observación, la camarera le pregunta al niño:
"¿Quieres que con mostaza o salsa de tomate?"
"Ambos", responde el muchacho.
Y luego se dirige a la madre con sorpresa:
"¡Madre! Ella piensa que yo existo! "
Esto no es solo una historia de esas "que le sucedio al amigo de un amigo" ESTO ES LA VIDA, ES REAL.